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El abastecimiento de agua de consumo humano puede presentar una serie de riesgos para la salud de la población, derivados de la propia naturaleza del agua y de su capacidad de disolver sustancias químicas, así como actuar como vehículo de transmisión de múltiples microorganismos.
El primer punto para prevenir la contaminación es la protección de la fuente o captación, siempre preferible al tratamiento del agua contaminada. El agua podrá proceder de cualquier origen, siempre que no entrañe un riesgo para la salud de la población abastecida.
La contaminación del agua puede producirse por desechos de origen humano o animal, que contengan bacterias, virus y protozoos patógenos, lo que implica un riesgo de sufrir brotes de afecciones intestinales u otras enfermedades infecciosas. El agua también puede contener sustancias químicas tóxicas que no suelen causar problemas agudos de salud, salvo por contaminación masiva y accidental del abastecimiento, aunque en este caso, es improbable beber el agua debido a su sabor, su olor y su apariencia inaceptables. El principal problema deriva precisamente de la falta de efectos agudos, ya que los contaminantes con propiedades tóxicas acumulativas, como los metales pesados y sustancias carcinógenas, pueden afectar negativamente a la salud tras periodos de exposición prolongados.
Las fuentes de contaminación no sólo se encuentran en las captaciones, también es posible que se produzcan problemas en las distintas partes de un sistema de abastecimiento:
- En los depósitos que no se conservan correctamente, mediante la implantación de un programa de mantenimiento, limpieza y desinfección.
- En las conducciones del agua, que pueden contaminarse fácilmente si son abiertas.
- En el tratamiento de potabilización del agua, debido a las sustancias que se utilizan en los procesos que en determinadas circunstancias producen subproductos que podrían suponer un riesgo para la salud.
- En las redes de distribución debido, bien a los materiales de construcción que transmiten sustancias al agua, bien a problemas en el diseño con fondos de saco en los finales de las redes que podrían facilitar la contaminación del agua de consumo o bien a la falta de mantenimiento.
- En las instalaciones interiores y aparatos de potabilización doméstica, ya sea por los materiales de las tuberías o por el deterioro de las mismas, que pueden producir alteraciones del agua dentro de las casas y establecimientos.
